El vertido excesivo de nutrientes al medio ambiente puede provocar la eutrofización, lo que se traduce en un crecimiento excesivo de algas y en el agotamiento del oxígeno en las masas de agua. El tratamiento de las aguas residuales elimina los contaminantes mediante una combinación de procesos físicos, químicos y biológicos. En Lhoist ofrecemos soluciones específicas para optimizar el tratamiento de las aguas residuales de las depuradoras municipales.
Las aguas residuales pueden contener altos niveles de nutrientes, como nitrógeno y fósforo. El vertido excesivo de nutrientes al medio ambiente puede provocar la eutrofización, algo que se traduce en un crecimiento excesivo de algas y en el agotamiento del oxígeno en las masas de agua.
El nitrógeno está principalmente presente en forma de amonio en las aguas residuales. Dependiendo de la concentración, el amonio se elimina mediante procesos de extracción o biológicos. En la extracción del amonio, se utiliza cal para convertir el hidróxido de amonio en gas amoniaco. En los procesos biológicos se añade cal para garantizar una alcalinidad suficiente y un intervalo de pH adecuado para la conversión microbiana del amonio en gas nitrógeno.
La eliminación de fósforo se consigue mediante métodos físico-químicos, tratamiento biológico o una combinación de ambos. En el tratamiento físico-químico se utilizan sales metálicas para eliminar el fósforo, que consumen alcalinidad y reducen el pH. Se suele añadir cal hidratada o lechada de cal para aumentar la capacidad tampón de las aguas residuales y contribuir a la eliminación del fósforo. El calcio presente también se puede unir al fósforo a pH más altos para formar hidroxiapatita.
El objetivo de la neutralización es ajustar el valor de pH para satisfacer los requisitos de las diferentes unidades de procesamiento del sistema de tratamiento de aguas residuales. En Lhoist proporcionamos reactivos a base de cal que ayudan a elevar el pH y que proporcionan una capacidad tampón adecuada para el tratamiento de aguas residuales.
El sulfuro de hidrógeno, y los compuestos asociados, son uno de los principales responsables de los olores en las plantas de tratamiento de aguas residuales. Además, el sulfuro de hidrógeno es tóxico y explosivo a partir de cierto umbral. La cal es un potente amortiguador que permite que el azufre permanezca en la solución y elimina su potencial corrosivo, tóxico y explosivo en las plantas de tratamiento o en las redes de alcantarillado.