El agua que se procesa en las plantas de tratamiento de agua potable se suministra a hogares e industrias, y debe cumplir unos elevados niveles de pureza que son cruciales para la salud humana.
Los procesos de desalinización eliminan los componentes inorgánicos, orgánicos y biológicos del agua de mar, el agua salobre y las aguas residuales tratadas terciariamente, para obtener agua de alta calidad que pueda reintroducirse en el ciclo del agua potable.
Para evitar la formación de sarro, muchas industrias necesitan grandes cantidades de agua ablandada, en particular como agua de refrigeración para circuitos y calderas.
En los últimos años, los lodos se consideran cada vez más un recurso en lugar de un flujo de residuos, debido a su potencial para la recuperación de nutrientes y la generación de energía.