Los productos de cal son naturales y esenciales para nuestra sociedad. Además de ayudar a satisfacer las necesidades básicas de la humanidad, también apoyan un medio ambiente limpio y puro, permiten la producción y el reciclaje de materiales cruciales (acero, vidrio, papel, productos químicos, materiales de construcción), alimentan a la población aumentando los rendimientos en la agricultura. Son y seguirán siendo la solución de referencia, tanto para muchas industrias como para el medio ambiente.
El proceso de fabricación de la cal requiere una cantidad considerable de energía para descomponer térmicamente la roca caliza en hornos de alta temperatura. Este proceso genera emisiones de dióxido de carbono. Por consiguiente, el reto del carbono de Lhoist comenzó hace tiempo y ya se han puesto en marcha muchas iniciativas, o están en curso, en todos nuestros centros de trabajo.
Para tener una buena visión de nuestro impacto en la reducción de las emisiones de carbono, es importante reconocer el papel de la cal como un potente sumidero de carbono . Muchas aplicaciones comunes de la cal se basan en su capacidad de absorber espontáneamente el CO2, ya sea de la atmósfera o de una fuente industrial.
Un estudio realizado en 2020 (LINK TO EULA REPORT) demostró que, en promedio, la cal absorbe un tercio de la cantidad de todo el CO2 de procesos emitido durante su producción. A medida que avanzamos hacia un proceso de producción totalmente libre de carbono, esto ofrece el potencial de utilizar la cal verde como sumidero de carbono y como un potente método de captura de carbono.